06/04/2019

Presentado el Proyecto INICIA, de Especialización en Gestión de Iniciativas Económicas Colaborativas y Economía Social en Centroamérica

Escribe la Dra. Paula Arzadun, Coordinadora Técnica del Proyecto INICIA, Escuela de Administración de Empresas, TEC – Tecnológico de Costa Rica www.tec.ac.cr:

El pasado 6 de marzo tuvo lugar la reunión de lanzamiento oficial del Proyecto INICIA – Especialización en Gestión de Iniciativas Económicas Colaborativas y Economía Social en Centroamérica. La misma tuvo lugar en el Campus Central del Instituto Tecnológico de Costa Rica – TEC, una de las cinco universidades públicas costarricenses.

El proyecto es financiado por el Programa ERASMUS+, Higher Education – International Capacity Building, y su objetivo general consiste en diseñar un curso de Especialización en Gestión de Iniciativas Económicas Colaborativas y Economía Social para garantizar la adquisición competencias necesarias para crear, gestionar, innovar y liderar empresas vinculadas a la Economía Social, Solidaria y Colaborativa. De esta forma, pretende contribuir con la adaptación curricular de las Universidades Centroamericanas, en relación a las nuevas formas de organización económica vinculadas a la Economía Social y Solidaria y la Economía Colaborativa, con el fin de mejorar las competencias de sus recursos humanos y prepararlos para enfrentar los desafíos de estos nuevos modelos económicos.

En la sesión de lanzamiento se contó con la participación de Pelayo Castro Zuzuárregui, Embajador y Jefe de Delegación de la Unión Europea en Costa Rica; Jean-Christophe Belliard, Secretario General Adjunto para Asuntos Políticos y Director Político del Servicio Europeo de Acción Exterior de la Unión Europea; María Cristina Pérez Gutiérrez, Embajadora del Reino de España; Victoria Hernández Mora, Ministra de Economía, Industria y Comercio de Costa Rica, y Alexander Berrocal, Vicerrector de Investigación y Extensión del TEC.

Asimismo, participó Emilio Zevallos, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO-Costa Rica) impartiendo una conferencia denominada “Situación Económica y Social de Centroamérica”. Como cierre de la actividad, Marvin Rodríguez Vargas, Secretario Técnico del Consejo Presidencial de Economía Social Solidaria de Costa Rica abordó la charla “Enfoque sobre Economía Social Solidaria”. Rodríguez aseveró que “es muy importante poder formar docentes, incidir en la curricula y aspirar a formar estudiantes en Economía Social Solidaria y que conozcan de los valores, las prácticas o posibilidades de gestionar empresas desde otra clave. Es un proyecto realmente importante y celebramos que el TEC tenga ese rol de coordinación, en concordancia con su carácter visionario”.

El proyecto es Coordinado por la Escuela de Administración de Empresas junto con la Dirección de Cooperación del TEC. En total, el Consorcio cuenta con 19 socios: Costa Rica: Tecnológico de Costa Rica y Universidad Tecnológica Nacional; Argentina: Universidad Nacional de Quilmes y Universidad Nacional de Moreno; El Salvador: Universidad de El Salvador y Universidad Centroamericana José Simeón Caña ; España: Universidad Complutense de Madrid y DINAMIA S. COOP; Francia: ESCP Europe Business School; Guatemala: Universidad Rafael Landívar y Universidad del Valle de Guatemala; Honduras: Universidad Tecnológica Centroamericana y Universidad Autónoma Nacional de Honduras; Nicaragua: Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua – Managua y Universidad Americana; Panamá: Universidad de Panamá e Instituto Superior de Administración y Educación; Portugal: Instituto Politécnico de Viana do Castelo; Regional: Consejo Superior Universitario Centroamericano.

INICIA es un proyecto sin precedentes por las temáticas que aborda, por cómo las aborda, y por la conformación del equipo. Ello sin duda genera una serie de retos y oportunidades.

En términos de retos, quisiera hacer hincapié en el rol protagónico, proactivo y protagonista que las universidades estamos llamadas a asumir en el desarrollo socioeconómico de nuestros países. Sin lugar a duda ya lo estamos haciendo, las universidades generamos aportes invaluables en nuestras latitudes. Sin embargo, este reto hace referencia a la necesidad de evolucionar, de progresar desde nuestra originaria misión docentista. Lo que se conoce como la segunda revolución académica precisamente hace referencia a la incorporación de la universidad en labores de investigación, un reto que se inició hace más de un siglo y que permanece inacabado. Inacabado en el sentido de que, al revisar estadísticas en esta materia, se observa que aún queda camino por recorrer y que se ha dado un grado de despliegue en la investigación disímil en función de regiones, disciplinas, métodos, entre otros. A inicio de los ´90 del siglo pasado tuvo lugar la tercera revolución o también definida como tercera misión de las universidades. La misma nos conduce a cuestionarnos acerca del rol de las universidades en el desarrollo socioeconómico, en su enlace con las organizaciones del entorno, en su participación proactiva en la sociedad. El proyecto INICIA da respuesta a este reto. ¿Por qué? Porque precisamente surge de la proactividad de los socios, del reconocimiento que nosotros mismos hacemos acerca de la falencia en nuestras mallas curriculares, en nuestras ofertas formativas en materia de GESTION DE INICIATIVAS ECONÓMICAS COLABORATIVAS Y ECONOMÍA SOCIAL. Este es un reto vivo, cambiante, que nos demanda mantenernos alerta, en sintonía con nuestro entorno, receptivos de expectativas y necesidades, evaluando nuestra capacidad de adaptación.

En materia de oportunidades, quiero referirme a tres cuestiones.

En primer lugar, el proyecto INICIA nos permitirá visibilizar a la economía social. A pesar de que los gérmenes del sector podemos encontrarlos en experiencias que emergieron siglos atrás, perduran interrogantes. ¿Qué es la economía social? ¿Cuáles son las organizaciones que la representan? ¿Dónde están? ¿A qué se dedican? ¿Cuánto empleo generan? ¿Qué tipo de empleo generan? ¿Cómo podemos impulsar encadenamiento entre ellas? Sólo por hacer referencia a una sola de estas preguntas, la propia nomenclatura que utilizamos en diferentes países es diferente y para quien se siente ajeno al sector, le genera confusión. Hablamos de economía social, economía social solidaria, economía solidaria, tercer sector, economía comunitaria. No hay un consenso en torno a su definición, pero generalmente hay un acuerdo en cuanto a la caracterización de organizaciones que organizan la producción, distribución, circulación y consumo de bienes y servicios de manera democrática, asociativa, cooperativa y solidaria, al servicio de las personas. Entonces, insisto: el diseño del programa de especialización que nos convoca demandará tal nivel de estudio e investigación en torno a la realidad de nuestras organizaciones, que nos da la oportunidad de aflorar muchas de esas respuestas aún desconocidas.

En segundo lugar, el proyecto INICIA nos da la oportunidad de innovar en materia de economía colaborativa. La economía colaborativa se fundamenta en los valores y principios de la colaboración y el intercambio, como alternativa a la competencia, al afán de lucro y a la posesión de bienes materiales, en las consecuencias de las sucesivas crisis económicas y en el impacto disruptivo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs). La economía colaborativa se ha extendido a diferentes sectores tales como transporte, alojamiento, finanzas, alimentación, entre otros. La proyección de ingresos generados para el 2025 es de un crecimiento del 2000% respecto al 2015, superando los 330 millones de dólares. Sin embargo, la propagación de diversas plataformas con iniciativas colaborativas no ha estado exenta de discrepancias por cuestiones tales como la precarización del empleo, la propagación de grandes empresas que operan bajo una óptica comercial idéntica a la de las empresas convencionales, la gentrificación, entre otros. Por eso hago referencia a la oportunidad de innovar, en su acepción original, la cual hacía referencia al cambio social. Nuevamente, el diseño de esta especialización nos puede conducir a plantear alternativas de gestión enfocadas al cambio social con iniciativas colaborativas. Esto, insisto, respondería a la génesis de la conceptualización de la economía colaborativa.

Por último, en tercer lugar, tenemos la oportunidad de dar sostenibilidad a este proyecto. Con esto me refiero a que está en nuestras manos impulsar iniciativas de economía social y colaborativa desde diferentes perspectivas y aristas, con la incorporación de múltiples actores. En ese sentido, el proyecto tiene el nombre más apropiado posible: INICIA. Está en nosotros que esta red, que estos enlaces, que estas motivaciones, no concluyan.

 

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